7. Las noches del agua
Los pequeños seres encontraron la paz esperada en algunos lugares de constante trasegar, un rió con ajenjo, silabas y palabras deleitaban las tardes de las personas de este cuento, cierta tarde de enero, por cierto, emergieron de las aguas bestias galopantes con pelajes como de piel de durazno, rozaba el dulce aroma del viento por el campo, insistí en acercarme pero las hojas secas de arboles derritiéndose por la bruma, revelaron mi presencia.
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